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—Unos dicen que el mundo se cumbirá en el fuego, otros que en hielo, por lo que yo he probado del deseo, estoy por los que apuestan por el fuego.—leí el texto que tenía que estudiar, —Pero si tuviera que perecer dos veces, conozco lo bastante el odio, para decir que para la destrucción, el hielo también es útil. Sería suficiente.
Sentía a Edward dejar besos en mi cuello.
—Oye, tengo un examen final, quiero estudiar.—me quejé, mientras el seguía besándome.
Me le uní, solo un rato, me tuve que separar porque el habló, —Casémonos.
Esto ya se había convertido casi un hábito.
—No.—sonreí.
El rió, —Casémonos.
—Conviérteme tú mismo.—pedí, casi encima de él.
—Lo haré si nos casamos. Eso sería un compromiso.
—Eso es coerción.—me puse encima suyo, —No es justo.—coloqué mis labios sobre los suyos, —El matrimonio es solo un pedazo de papel.
—De donde vengo, es como uno dice te amo.
—De donde vengo yo, a mi edad, es como uno dice me embarazaron.—dije divertida, dejé un beso en su mejilla y me levanté.
—Entonces, te preocupa lo que piense la gente.—se sentó.
—Son muchas las parejas que se divorcian.—me senté en su pierna, agarrando su cuello.
—Bueno, creo que los divorcios entre vampiros y humanos, no son tantos...cásate conmigo.
—No lo haré...tengo que estar en casa a las cuatro, Charlie se tomó el tiempo de ponerme hora de llegada, no les dijo a mis padres pero quiere que al menos tenga un pequeño castigo.—sonreí y guardé mis cosas.
Le di un último beso y me paré para ya irme.
♪
Abrí la puerta de mi casa y entré, cuando llegué a la sala de estar, vi a Charlie leyendo un periódico.
—Son exactamente las cuatro.—dijo y me senté a su lado, —¿El chico quiere quedar bien conmigo o algo?
—El tiene un nombre, Edward ¿Ahora te parece muy puntual?
—Escucha, entiendes que no soy tu padre y no te puedo castigar pero soy tu tío y puedo ponerte límites, sabes porque te lo puse ¿Verdad?
—¿Porque te di problemas?—fue más una pregunta que una respuesta.
—Si, así es. Pero tengo otras razones para ponerte límites, es que, solo quiero que te separes un poco de ese muchacho.
—Eso no lo vas a conseguir, Edward es parte de mi vida.
—Si, me doy cuenta.—tomó su cerveza, —Bien, entonces ¿Qué te parece esto? Haremos un trato, ya no te pondré límites si usas el tiempo libre para salir con alguno de tus amigos, quizás, con Jacob. Está pasando por un mal momento, su papá está muy preocupado, cuñado tú estabas así, necesitabas un amigo, y Jake estuvo ahí.
♪
« Hola, soy Jake. Deja tu mensaje »
El buzón de voz de Jacob, de nuevo.
Hacía semanas que no hablaba con Jacob, quería cambiar eso, pero el no me daba la oportunidad.
Bajé de mi cuarto, pasé la gran sala de estar, fui al perchero y agarré una casaca. Mientras salía de la casa y me ponía la prenda.
Subí a mi auto y cuando lo intenté prender, no arrancaba.
—Carajo...—susurré cuando sentí un movimiento, volteé a la derecha y vi a Edward, sentado en el asiento de copiloto, —Me asustaste
—Vas a la reservación.—adivinó.
—¿Cómo lo su...? Alice.
—Alice.
—Esa hadita tiene que dejar de ver mi futuro...¿Tú hiciste que no arrancara?—pregunté irónica.
—Ashby, tienes que entender que tu seguridad es todo para mi.
—Jacob no me va a lastimar.
—No a propósito pero los lobos no tienen control.
—Edward, yo crecí con ellos antes de saber lo que eran. Además solo después de la graduación lo veré, los veré, entiéndeme, después seré uno de ustedes. Y me odiará para siempre.
—Lo siento.
Salí del auto, y me fui directamente a mi cuarto.
♪
—Hola.—saludó Ángela.
—Hey.—dijo Eric.
Edward y yo nos sentamos en su mesa
—Escuchen esto, a ver, atención. Compañeros, ¿Si? Okey si.—aportaba Mike.
—Wow.—decían los demás, con diversión.
—Somos el futuro, cualquier cosa es posible si la creemos, bla bla bla bla.—seguía el rubio, —Bum, ya está. Ahí está tu discurso.
—No, será mi discurso cuando quiera que me tiren diplomas a la cabeza. Gracias.—Stanley arrugó el papel y se lo tiró a Mike en la cabeza, con diversión.
—Jess tienes que aceptar los clichés.
—Si, son el pan de cada día de los que dan discursos—apoyó Eric.
—Mmm, y por eso tú no darás el discurso.—intervino Ángela.
—Jessica no necesita clichés, su discurso será épico.—comí un pedazo de mi comida.
Esperaba que su discurso sea épico.
—¿Épico? Cambiará vidas.—presumía la chica Stanley.
Vi a Alice y Jasper sentarse junto a Edward.
—Decidí dar una fiesta.—anunció el hadita al llegar.
—Después de todo, ¿Cuándo volveremos a graduarnos?—bromeó Jasper, una broma privada.
Solo sonreí, al igual que Alice y Edward.
—¿Una fiesta? ¿En su casa?—Angela comió una papa frita.
—Nunca he visto su casa.—comentó Jessica asombrada.
—Nadie ha visto su casa.—siguió Ángela, igual que Jessica.
—¿Otra fiesta, Alice?—Edward parecía algo molesto.
—Será divertida.—excusó la de corte pixie.
—Si, igual que la última.—recordé.
Cuando vi a Alice relajarse en su asiento, supe que estaba tejiendo un visión, por su mirada perdida.
—Ángela.—llamé, intentando que no le presten atención a Alice.
—¿Si?—respondió.
—¿Necesitas ayuda con eso?—señalé.
Supe que Edward vio lo que Alice, y supe que no querría decirme.
♪
—Sé que sabes lo que vio, dímelo.—delaté volteándome a Edward, estábamos en la estación de policía, el me iba a dejar para que luego yo vaya con Charlie.
—No fue nada.—respondió cortante, —Lo siento.
—Te veías preocupado.
—Creí que todos notarían lo rara que es Alice.
—Creo que hace tiempo que notaron eso.—dije obvia, luego me volteé a ver la ventana de la comisaría, una pareja adulta hablaba con Charlie, —¿Qué estará pasando?
—Su hijo se perdió en Seattle hace más de un año, Charlie ha hecho lo posible.
—¿Sabes algo sobre eso?
—Hemos seguido la situación en Seattle por un tiempo, desapariciones inexplicables, asesinatos. Si la situación sigue avanzando los Vulturis intervendrán.
—Si a Seattle, podrían venir aquí. Verán que sigo siendo humana.
—No.—agarró mi mejilla, —No llegarán tan lejos. Pero iremos a Seattle si es necesario.
—Gracias.—la señora junto a su esposo y Charlie salieron.
—Hola ¿Listo para cenar?—pregunté.
—Hola. Solo seremos tú y yo ¿Verdad?—saludó.
Lo miré mal, Edward solo rió, —Yo solo vine a traerla, así que hasta luego.
—Bien.
Edward bajó las escaleras y antes de llegar a su auto se volteó, —Ah, Ashby, mis padres querían recordarte del pasaje de avión que recibiste en tu cumpleaños.
—¿Qué pasaje?—inquirió Charlie.
—De un viaje para ver a mi tía en Florida.—expliqué.
—Eso es muy generoso.
—Se vence pronto, hay que usarlo este fin de semana.—avisó Edward.
—No puedo irme y dejarlo todo.
—Tal vez no puedas verla hasta después de la graduación.—esa indirecta de Edward la capté demasiado rápido.
—Bueno, tal vez no sea mala idea salir de aquí un par de días y tal vez, distanciarte.—la indirecta muy directa de Charlie también la capté.
—Si, me gustaría ver a mi tía antes de la graduación.—miré a Edward, —Siempre que tú uses el otro pasaje.
—Espera ¿Hay dos pasajes?—preguntó Charlie, para nada divertido, —Hurra. Eso me hace muy feliz.
♪
Si quería ver a mi tía, quería saber que su vida era plena y satisfactoria.
—¿No vas a extrañar esto? ¿No sientes la vitamina B entrando por tus poros?—preguntó mi tía, ambas estábamos recostadas en una camilla afuera.
Tenía puesto un short y un polo pegado de tiras, algo fresco. Edward estaba adentro, por supuesto, para que no le diera el sol.
—Si, voy a extrañar esto.
—Las universidad en Florida son más soleadas. Solo digo que si vas a la universidad de Alaska, jamás te voy a ver.
No iba a cambiar mi decisión, tampoco era que no quisiera ir a Alaska, solo que era el único lugar donde podría estar sin ningún problema cuando mi hora de ser humana acabe.
Me puse los lentes de sol y me encogí de hombros, con una mueca, —Su programa de medicina es estupendo.
—Más bien Edward es estupendo.—comentó con diversión y yo por instinto volteé a ver al vampiro, el me miraba con una sonrisa ladina adornando su cara, —La manera en que te mira, como si estuviera dispuesto a recibir una bala por ti.
—¿Y eso es malo?—pregunté frunciendo el ceño ¿Eso era malo?
—Es intenso, eres diferente con el. Son como magnetos, no se mueven sin el otro, es diferente a como con Peter. Además siempre estás sonriendo o riendo cuando estás con el, mucho más que siempre. Te vez muy feliz.
—No sé, es...el verdadero amor, supongo.
—Entiendo, yo solo quiero que elijas lo que te convenga a ti. Tu serás la que viva con tus decisiones.—mi tía se paró, —Muy bien, basta de sermones.
Me tocó la nariz y salió por algo.
—Tuve que venir después de los horarios de Lynette y Armin.—lamenté al no ver a mis primos, seguían en sus respectivas clases.
—Oh, no te preocupes por ellos. Ten.—me entregó un regalo, —Felicidades.
—Te dije que no quiero que gastes tu dinero en mi.
—Agh, no gasté un centavo.
Lo abrí, —¿Las playeras de nuestros viajes? ¡No lo creo!
—Las guardé todas, te hice una colcha. Te mantendrán calentita en Alaska ¿Recuerdas esta? La ensenada.
—Las culebras.—reí, —Y el señor que estaba interesado en ti pero ya estabas casada con mi tío, y tuviste que rechazarlo muchas veces.
—Ah, si.—rió conmigo, —Pero esta es mi favorita, la langosta de tres cabezas. Cariño me alegra que te guste, pensé que cuando tengas hijos podrías añadir más. Puedes visitar la botella de catsup gigante.
Al oír la palabra hijos mi sonrisa desapareció, los vampiros no podían tener hijos, eso ya me lo habían aclarado.
—Ay, tía. Gracias.—la abracé, y de paso miré a Edward el tenía la misma cara que yo, algo triste.
—Me alegra que te haya gustado, quería que tuvieras un pedacito de mi en Alaska.
—Tía Lyra.—llamé.
—¿Si?
—Te extraño, mucho.
—Ay, mi amor. Yo también te extraño.
♪
—¿Lamentas haber ido?—preguntó Edward cuando habías llegado al instituto.
—No, fue fantástico ver a mi tía, aunque no pude ver a mi tío ni a Lynette y Armin.—bajé mis piernas de la parte de la ventana del frente del auto, —Pero fue dura la despedida
—No tenías que despedirte.—me miró.
Aquí vamos de nuevo.
—¿Por eso hiciste que vaya? ¿Creíste que cambiaría de opinión?
—Siempre espero eso, Ashby.—miró hacia fuera de la ventana, —Si te pido que te quedes en el auto ¿Lo harías?
Se bajó y yo abrí la puerta, y también me bajé, cuando el me vio río amargadamente.
—Claro que no.—se respondió solo.
—Claro que no.—repetí dándole un pequeño beso.
Caminé con el hasta donde estaba Jake cruzado de brazos, lucía algo molesto, se acercó a nosotros.
—Hola.—saludé.
—Creí que estabas de viaje.—me dijo, con el ceño fruncido y sin cambiar su expresión de molestia.
—Si, visité a mi tía Lyra ¿Por qué?
—Quiere ver si todavía eres humana.—rió Edward.
—Vengo a advertirles, si tu especie vuelve a nuestras tierras...—empezó Jacob.
—¿Qué sucederá?—intervine.
—¿No le dijiste?—preguntó mi mejor amigo a mi novio.
—Olvídalo, Jacob—negó Edward.
—¿Decirme qué?
—Emmett y Paul, tuvieron un mal entendido. No hay de qué preocuparse.
—Escucha eso, ¿Le mentiste para sacarla de la ciudad?—se burló Jake.
Edward se acercó a él, amenazante, —Mejor vete, ahora.
—Tiene derecho a saber, después de todo es a quien quiere la pelirroja.—protestó Jake.
—¿Victoria?—pregunté irónica, —La visión de Alice...
—Trataba de protegerte.—se defendió el vampiro
—¿¡Mintiéndome!? Lo sabías y no me lo dijiste, Cullen te dije en su momento que odio que me oculten las cosas, que me mientan.—me volteé a Jacob, —¡Y tú! ¿Por qué no me has contestado?
—No tengo nada que decir.—se empezó a ir.
—Oh nada de eso, lobito. Yo si, así que te aguantas.—fui tras el.
—Oye.—Edward me agarró del brazo, deteniéndome, —Ashby, déjalo ir.
—¡No! tú tienes que confiar en mi.
—Confío en ti, pero en el nunca.
—Pues qué lástima porque "el" es mi mejor amigo y parte de mi vida. Así que tú también te aguantas y le bajas dos rayitas a tu comportamiento con el.—rodé los ojos y fui tras Jake.
Me tendió un casco cuando me senté tras el en su moto, estaba sonriendo.
—Oye borra la sonrisita de idiota, demos una vuelta.—me puse el casco, Jake aún sonreía.
—Como ordene, majestad. Sujétate.
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Author's note:
¡Hola bbs! ¿Como están?
Aquí tenemos la tercera entrega de Into you, wow, que rápido JSKAJSAKA
Espero que les esté gustando mucho la pequeña "saga"
Gras x todo
Lxs amo <3
Att: 𝙰𝚕𝚒𝚜𝚜𝚘𝚗 ♡︎✍︎
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